Mapa Mental |Octubre, 2025.

Sobre las decisiones y amar.


Hércules y los dos caminos.

Hace miles de años, Hércules se encontraba en un dilema.

En medio de las montañas de Grecia bajo la sombra de unos árboles, el héroe griego se enfrentó una decisión que marcaría su destino para siempre.

Antes de cualquier título, gloria o fama, el hijo de Zeus estuvo en el mismo dilema en el que todos hemos estado. Cansado de no saber a dónde iba o por qué, se sentó en una piedra a descansar.

Ahí, donde el camino se dividía en dos, lo esperaban dos diosas.

La primera, Kakía (el placer), iba vestida con adornos y telas finas. Frente a un camino sin destino fijo, le prometió una vida llena de placeres:
—Conmigo jamás sufrirás. La tristeza, el miedo y el dolor solo serán palabras. Cualquier tentación que imagines será tuya —le susurró al oído.

Del otro lado estaba Arete (la virtud). Vestida con sencillez, le habló con calma:
—Todas tus recompensas vendrán únicamente de tu trabajo—. Arete le advirtió que su camino sería largo y arduo, que nada estaba asegurado, que habría sacrificios, miedo y duda. Pero también le hizo ver que solo en ese camino podría convertirse en quien estaba destinado a ser.

No estaba decidiendo un camino: estaba decidiendo quien sería. ¿Escogería lo fácil o lo correcto?

Entre el placer y la virtud, Hércules solo dudó un segundo. Escogió seguir a Arete.

Que la historia sea real o no, no es relevante.
Porque, al igual que Hércules, siempre estamos decidiendo quién seremos.

Todo el día, en todo momento, elegimos.
Elegimos si seremos una persona virtuosa o si preferiremos el camino fácil.
Si nos mantendremos en un estándar más alto o si señalaremos a los demás por los problemas que no queremos enfrentar.
Elegimos si seremos responsables o si correremos, una vez más, de lo que nos corresponde.

En el fondo, todo se reduce a eso: decidir si somos una buena persona.
Incluso cuando nadie nos ve. Cuando nadie lo celebra. Porque sabemos que hacer lo correcto es la única recompensa que necesitamos.

El amar

Este mes he estado cuestionando qué significa realmente amar.

El amor, para mí, trasciende un simple sentimiento: es un estilo de vida. Una decisión consciente de entregarte a la vida con una sonrisa. Es asumir la total responsabilidad de ti mismo y amar sin condiciones.

Amar a las personas.
A la vida.
Al proceso de crecer.
A ti mismo.

¿Pero qué es amar sin condiciones?

Amar sin condiciones es desbordarte de amor propio. Es aceptar la vida tal cual es, y a las personas como son. Es poderte compartir con los demás sin esperar nada a cambio. Es aceptar que eventualmente saldrás lastimado, y aun así, entregarte de lleno a la vida.

Octubre, para mí, fue justo eso. Un mes de aprender a amar la vida como viene, y no como esperaba que fuera.

Este mes me sentí frustrado.
Me sentía incómodo con la vida porque muchas cosas estaban saliendo de mi control.
Pensaba que cerrar puertas era algo negativo… hasta que recordé que no era yo quien debía hacerle preguntas a la vida, sino que la vida me estaba preguntando a mí cómo enfrentaría mi realidad.

Y es que amar también es rendirte al proceso y hacer lo mejor que puedas con lo que tengas. Es entender que incluso cuando las cosas no salen a tu favor, la vida sigue siendo incréible. Que te vas a equivocar y aún así puedes escoger no victimizarte y pararte con dignidad en tus decisiones.

Amar(te) es decidir, al igual que Hércules, quién vas a ser.

¿El camino fácil o el camino correcto?

Abrazo.


Lista de libros, Octubre, 2025.


Letters From A Stoic. - Seneca

Es curioso que haya tardado tanto en leer este libro.

Muchas de las cartas las había leído en otros libros, artículos o extractos de otras personas, pero jamás me había sentado a leer la obra completa.

La verdad es que siempre que pienso en Séneca, sigo cuestionándome si me cae bien o no.
Sé que suena raro decirlo, pero aunque en sus últimos años de vida vivió con más congruencia con los valores que predicaba y como actuaba, durante gran parte de su vida muchas de sus acciones iban en contra de sus propias enseñanzas.

Tardó demasiado en alejarse de Nerón.
Su extrema riqueza siempre fue motivo de crítica.
Y en su primer exilio en Córcega, muchas de sus cartas no reflejaban precisamente la actitud “estoica” que defendía.

Y aun así, vale la pena recordar que, al igual que nosotros, Séneca también estaba viviendo por primera vez.

Es cierto que tardó en apartarse de Nerón, pero sus primeros años como consejero fueron tiempos de paz, clemencia y estabilidad.
Su fortuna entera la ofreció a cambio de su libertad.
Y vale la pena recordar que el estoicismo más que una manera de vivir, es un estándar que jamás alcanzamos.

Admiro profundamente el trabajo que hizo. Las cartas a Lucilio son un clásico que todos deberíamos de leer. Están llenas de lecciones valiosas que nos recuerdan ser una mejor versión de nosotros mismos. Más amables, más honestos y más congruentes.

El libro reúne 124 cartas que abordan temas como la amistad, el amor, el dinero, la libertad, la moral y la muerte.

Muy recomendado.

Los Cuatro Acuerdos. -Dr. Miguel Ruiz.

Este mes sentí que necesitaba recordar qué cosas estaban en mi control y cuáles no. Así que mi primer pensamiento fue volver a leer Los Cuatro Acuerdos.

Miguel Ruiz, habla mucho sobre la responsabilidad personal, sobre aprender a soltar aquello que no podemos controlar y enfocarnos en lo que sí depende de nosotros.

En muchos sentidos, este libro es una brújula moral. Es una guía para nuestras acciones y un manual para liberarnos de creencias y expectativas que no nos pertencen.

No me canso de recomendarlo.


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